miércoles, 22 de agosto de 2012

No somos nadie

       A veces en la vida me he estado cuestionando sobre que legado dejaré cuando me vaya.
No me refiero exactamente a cosas materiales, sino como me recordarán cuando me den el pasaporte.

En fin, la culpa de todo la tienen las infinitas ilusiones de esta pequeña cabeza loca con delirios de grandeza que cree que puede ser alguien en la vida. Esas ilusiones han hecho que no quiera que hablen de mí  cuando me vaya al otro mundo con la típica descripción de un fallecido en las noticias del mediodía: era amable con sus vecinos, a todos saludaba.

Pero ni esa descripción me gano, porque ni por las mañanas soy afable y ni hay relación con los vecinos, a veces mi ¡HOLA! se vuelve tímido y apagado, a veces ni se nota, a veces...

Hoy de nuevo me ha venido otra vez a la mente esta pregunta, en otras circunstancias hubiese pasado desapercibida pero las experiencias vividas últimamente hacen que me siente y vea las cosas desde más de una perspectiva.

Ahora me cuestiono si es tan importante eso.
Toda mi vida me he estado cuestionando lo que piensan de mi, y lo pienso constantemente y llegar al punto de pensar que pensarán de mi cuando muera creo que es ya un tanto obsesivo. Es estúpido.

Pongo punto y final a todo ello, intentaré no domar como hasta ahora algunos de mis impulsos ya que  siempre he sido impulsiva, pero de puertas para adentro. Siempre mi autoestima estuvo en el último peldaño de la escalera que cuando subes es el primero pero cuando bajas es el último.

Seguramente la persona por la que estoy escribiendo esto, no sabe bien de mi existencia y ya no podrá leer esto o tal vez sí...¿quien sabe?
No sé ni su nombre, solo sé que cada vez sus años le pesaban más, que siempre saludaba y hablaba con titubeo y que vivía en la última planta de mi bloque con su hija de unos treinta años, la cual me crucé en la escalera 3 veces contadas.
Hoy supe que bajaba de vez en cuando a hacer la compra al ultramarinos de la barriada, cuyo tendero le daba la fruta más pasada y los productos que le vendía eran los que estaban ya casi al caducar para cobrarle menos. 

Hablamos de dar ayuda a causas benéficas, a organizaciones, pero nunca nos detenemos a pensar que a veces los que más lo necesitan son los que menos piden y los que tenemos más cerca.

En el bloque esta mujer no tenía muchos amigos, ya que salía en contadas ocasiones pero todos la conocíamos de haber cruzado más de un hola. En más de una ocasión me ha preguntado que ha donde iba con una maleta tan grande, cuando me dirigía a pasar la semana en Sevilla.

No sé cual sería su situación hasta hace poco, mis idas y venidas no hacen que esté pendiente del día a día en el bloque de vecinos. Tampoco sé las verdaderas causas de su muerte. Lo poco que ha llegado a mis oídos es que llevaba una semana en el hospital, anteriormente ya se encontraba algo mal y que ayer falleció en el mismo hospital donde ingresó.

A lo mejor ella no sabe de mi existencia ni sabe como me llamo y cuando se fue no esperaba nada de esto. Ahora es tarde... pero ha dejado una semilla en mí que no olvidaré en la vida.

My dearest Jocelyn:


It is strange to think,I have not seen you in a month.

I have seen the new moon,but not you.

I have seen sunsets and sunrises,but nothing of your beautiful face.

The pieces of my broken heart can pass through the eye of a needle.

I miss you like the sun misses the flower.Like the sun misses the flower in the depths of winter.

Instead of beauty to direct its light to,the heart hardens like the frozen world your absence has sent me to.

I next compete in Paris.I'll find it empty and cold if you're not there.

Hope guides me. It gets me through the day and especially the night.The hope that after you leave my sight it will not be the last time I look upon you.

With all the love that I possess...I remain yours...

The knight of your heart.

William.

Destino de Caballero